miércoles, 11 de mayo de 2011

Y NO NOS OLVIDEMOS DE HAITÍ.

                              André Pierre, "Ceremonia en el bosque sagrado".

Lo prometido es deuda, y parte del alumnado de mi tutoría tras visualizar el programa en clase también se animó a escribir sus reflexiones. Todas las recibidas son estupendas, pero tras una difícil elección aquí están las que he decidido publicar. Espero que a vosotros también os gusten.



Todos sabemos lo que es un grifo, una nevera, un coche...Cosas tan habituales para nosotros son casi desconocidas para las personas de otros pueblos y países como Haití. Ya conocemos este país, fue el que hace un año y varios meses sufrió un terremoto que ahoga más en le miseria y la pobreza a un país que ya sufría sus males. Ha pasado el tiempo y aquello sigue como estaba, con un panorama desolador por el que pasean mujeres, hombres y niños que conviven con las secuelas del terremoto. Hace poco vimos en clase un documental sobre Haití que reflejaba muy bien como se vive allí. Para los niños, el principal objetivo es ir a la escuela, aprender, comer y ayudar a sus padres en lo que haga falta; para los padres, el principal objetivo es comer, llevarle comida a sus hijos y trabajar para levantar una familia hundida por un terremoto. Muchos niños van a la escuela (una escuela que ni mucho menos es como la nuestra, allí, además de aprender, pueden comer y jugar con sus amigos, y a veces disfrutan de actividades como espectáculos que se les ofrecen para llenar más de alegría a los niños que pronto serán el futuro. Los padres mientras tanto trabajan en el campo y hacen las tareas de casa, que más que una casa es simplemente un lugar donde vivir, muchas veces construído por ellos mismos o situado en algún campamento con decenas de personas más. Por ello, la higiene en estos lugares no es muy buena, ya que la gente busca agua donde puede para asearse, y para beber. Alguna ONG'S llevan grandes cubas de agua de las que los lugareños van sacando lo que pueden. Este problema higiénico provoca enfermedades, y epidemias como el cólera que arrasan el país. Los servicios médicos no son muy sofisticados, ya que muchos hospitales quedaron hundidos tras el terremoto; así que se han levantado pequeñas zonas a las que la gente puede asistir y serán atendidos lo mejor posible por médicos especialistas, muchos de ellos autóctonos. Este documental nos has enseñado lo poco que aprovechamos todo lo que tenemos, y el poco valor que le damos. Mientras allí las personas tienen que moverse de su casa e ir andando cruzando puentes, ríos... para encontrar algo de comida y agua; nosotros lo tenemos a unos cuantos pasos. Y la escuela es otro tema parecido, aquí las instalaciones son muy buenas, tenemos mucho material y podemos encontrar la cultura en Internet al apretar un botón, y sin embargo no valoramos nada de ello. Si verdaderamente nos diéramos cuenta de lo que allí pasa y la alegría que comparten los haitianos para levantar su país, veríamos las cosas de otra manera, como realmente son.  

MARÍA JOSÉ MESA GARCÍA 2º D.




EL PAÍS DE LA RESIGNACIÓN

Al igual que en muchas zonas del mundo, Haití no ha podido hacer frente a los últimos fenómenos naturales, y menos sin nuestra ayuda. El tiempo para ellos paró aquel doce de enero de 2010. Un país inundado por la pobreza en el que los únicos que flotan son los altos cargos políticos, que no hacen nada por arreglar la situación ni por el progreso. Su único apoyo, la religión. Por suerte, encontramos personas que nos recuerdan en la situación en la que viven, y que nos hacen reflexionar y valorar sobre todo lo que tenemos y nos rodea. La miseria y la ignorancia van juntas de la mano. Apenas hay hospitales y tan solo escombros donde fueron sus casas. Viven en unas condiciones nefastas lo que conlleva un gran número de enfermedades y la mayoría de las familias no saben como hacer frente a muchas de las circunstancias que para nosotros son ignorantes. Pero, ¿cuál es el precio que hay que pagar por una sonrisa? Un niño es feliz con una educación y con un plato de comida mientras que nosotros, exigimos mucho más. Es más, un plato de comida nuestro, es su alimento durante días. Sin embargo, no hay nada que impida la sonrisa de un niño. Podemos aprender mucho de ellos. Ante todo, valorar la solidaridad en la viven, la humildad. Todo esto son los detalles que nos hacen diferentes como personas. Puesto que una persona debe ser valorada por estas cualidades y no por las que acostumbramos a hacer. La única barrera que nos impide acercarnos a ellos y ayudarlos, somos nosotros mismos. Las imágenes del video tal vez se olvidan pero los sentimientos hacia estas personas no. Ojalá que este documental que nos ha despertado esa parte del mundo que habíamos olvidado, no nos impida actuar. Por todo esto, debemos contribuir en todo lo posible, bien en primera persona o mediante ONG y defender la igualdad. Puesto que vivimos todos en un mismo mundo ¿qué hace o impide que no tengamos las mismas oportunidades?  Actuemos ya.  

NOELIA PÉREZ MORA 2º D.

2 comentarios:

Tierra dijo...

Cúanta razón tienes. Nos quejamos de todo y por todo sin saber u obviando lo
el sufrir de otros.

Esther Carrero dijo...

Gracias por rescatar esta entrada, me gustó mucho ver este tema con mis niños (alumnos) de entonces, de los que guardo un hermoso recuerdo.